La aventura de comenzar un negocio en Israel. Una pareja de jóvenes latinos habló de su experiencia


Dar inicio a un negocio es un proyecto que requiere no sólo dinero sino además una enorme dosis de paciencia y planeación cuidadosa. En el caso de los inmigrantes u olim, comenzar un negocio en Israel es un reto aún más grande, no sólo por las dificultades propias de éste, sino además por el hecho de emprender un proyecto enfrentándose con otra cultura y mentalidad.

Andrés González y Silvia Liplewski son una pareja de latinoamericanos que se conocieron en Israel hace dos años y medio, y junto con una de sus amigas, Anat Ben Joya de Venezuela, decidieron establecer un  restaurante en el conocido mercado Mahane Yehuda de Jerusalén.

Silvia Liplewski creció en Venezuela en una familia judía. A los 17 años viajó a Israel donde permaneció por un año en el marco de un programa para jóvenes de la Agencia Judía. Silvia regresó a Venezuela, pero su fascinación por Israel hizo que retornara en el 2007. Llegó a Jerusalén donde estudió hebreo para luego ingresar a la Universidad Hebrea donde obtuvo su título en sociología y estadística; más adelante realizó sus estudios de MBA en la Universidad de Bar Ilan.

Luego de terminar sus estudios universitarios de gastronomía en su natal Colombia y con sólo 20 años,  Andrés González junto con uno de sus hermanos, decidió emigrar a Israel en el 2007 y llegó a un kibutz al norte del país. Luego de estudiar hebreo y conocer un poco Israel, Andrés y su hermano se fueron a vivir a la zona de Gush Etzion donde comenzaron su proceso real de adaptación al país.

negocio en Israel
Andrés González y Silvia Liplewski

En cuanto al hebreo, Silvia se considera afortunada ya que pudo aprender el idioma con rapidez, gracias a su esfuerzo y al apoyo recibido en la universidad. Para Andrés, la experiencia del aprendizaje del idioma fue difícil y atribuye lo que ahora sabe a lo aprendido en el día a día, mientras trabaja en diferentes negocios de comidas.

La decisión de iniciar el negocio

Silvia, Andrés y Anat tenían como propósito tener su negocio independiente con base en sus conocimientos y aprovechando los talentos culinarios del joven colombiano. Para ello comenzaron en el verano del 2015 con una pequeña venta de arepas y empanadas los días viernes en un puesto provisional ubicado en una zona de Jerusalén conocida como la Primera estación.

Con esa experiencia, a principios del 2016 Silvia, Andrés y Anat tomaron la decisión de emprender un negocio más grande y fijo, comenzando con la búsqueda del local y la financiación, la cual fue una de las dificultades que enfrentaron.

En Israel acceder a un préstamo bancario no es complicado y los intereses son más bajos si se comparan con algunos países latinoamericanos; sin embargo, los negocios en Israel dedicados a la comidas, como restaurantes y similares, son considerados de alto riesgo, razón por la cual los bancos generalmente niegan los préstamos.

Al respecto Silvia comentó: “El porcentaje de negocios de comidas en Israel que logran pasar el primer año con éxito es menos del 10%”.

Para un pequeño restaurante como el de los jóvenes latinos la inversión inicial requerida está entre los 150 000 y 200 000 shekels (US $38 800 – US $51 800).

En la búsqueda de ayuda, los jóvenes latinos se dirigieron a la organización sin ánimo de lucro MATI Jerusalén, encargada de brindar asesoramiento y financiación a quienes desean iniciar algún negocio. Los nuevos inmigrantes u olim jadashim que lleven menos de 10 años viviendo en Israel, tiene derecho a un total de 20 horas gratuitas de asesoramiento en esta institución.

El préstamo máximo al que se puede acceder en la organización es de 145 000 shekels; sin embargo, por ser considerado un negocio de alto riesgo, Silvia, Andrés y Anat no obtuvieron la financiación. Finalmente, optaron por acudir a un préstamo bancario argumentando otro tipo de inversión y lograron conseguirlo.

Siguiendo las convicciones

A pesar de la alta probabilidad de fracaso, los jóvenes continuaron firmes en su convicción de abrir el restaurante. Al respecto comentaron: “Pensamos en otras alternativas, pero esto es lo que Andrés sabe hacer y es bueno haciéndolo. El sabor de lo que él prepara le encanta a la gente.”

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Aunque el negocio de Silvia y Andrés se encuentra en un lugar con mucha competencia, ellos confían en que el sabor de sus comidas conquiste los paladares en Jerusalén.

Para atraer no sólo los paladares israelíes sino también los de otras nacionalidades que visitan el mercado Manahe Yehuda, Silvia, Anat y Andrés idearon una estrategia culinaria especial para su restaurante al que decidieron llamar Pepito’s.

Combinando elementos culinarios de diferentes países como el picadito colombiano, el choripán argentino,  el chiplote mexicano y una gran variedad de salsas cubanas, colombianas y venezolanas, Andrés ideó sus propios sabores inspirado además en el conocido sándwich venezolano Pepito’s. Al respecto Andrés dijo: “Había que buscar un punto intermedio abarcando comidas de varios países que ellos (los israelíes) conocieran. Es muy difícil entrarle al público israelí”, “y al de Jerusalén”, agregó Silvia.

Enfrentando los trámites  y requisitos para iniciar

Con la estrategia en mente, antes de abrir el restaurante, los jóvenes buscaron a un contador y a un arquitecto, esenciales para abrir este tipo de negocios en Israel. También recibieron asesoría para obtener la licencia de venta de comidas en el ayuntamiento de Jerusalén.

El arquitecto es el encargado de presentar los planos del local ante el ayuntamiento para la obtención de una primera licencia básica.

Existen tres tipos de licencias para venta de alimentos en Jerusalén, en el caso del restaurante de los tres latinos, la licencia obtenida les permite mezclar y juntar ingredientes sin cocinar o freír en el local. Si la municipalidad lo considera necesario, ellos también deberán tramitar la licencia ante el Ministerio de Salud de Israel.

En cuanto al local, Silvia y Andrés comentaron que contaron con la suerte de encontrar a un propietario que les facilitó el proceso de alquiler firmando un contrato por mínimo tres años.

Mientras se llevan a cabo los trámites, los restaurantes en Israel deben comenzar su funcionamiento para ser evaluados por las autoridades competentes y para obtener la licencia de kasherut, trámite realizado ante el Rabinato de Israel, en el que un rabino certificado vigila que la procedencia y manipulación de los alimentos estén de acuerdo con la Halajá o Ley judía.

La licencia de kasherut no es obligatoria en Israel, pero para llegar a la clientela religiosa practicante, la cual es muy numerosa en Jerusalén, esta es indispensable. Por esa razón Andrés adaptó con un toque personal la fórmula tradicional de las salsas, sándwich bomba venezolano y otras comidas latinas para su consumo en Israel.

Aunque en el mercado Mahane Yehuda la competencia es enorme, Silvia considera que esta dificultad se ve compensada por el hecho de estar en un lugar muy concurrido y popular, además ellos esperan que la estrategia publicitaria que tienen planeada, el mejoramiento de la imagen del local y la buena sazón de Andrés, sean suficientes para ir conquistando una buena clientela y ganar reputación.

Los jóvenes afirman que hasta el momento la respuesta de los israelíes y otros extranjeros a la comida que ofrece Pepito’s ha sido buena por ser considerada diferente y de gran sabor.

En cuanto al reto de enfrentarse a la burocracia en hebreo, para Andrés no ha sido fácil por la cantidad de términos nuevos y poco frecuentes. No obstante, Silvia ha logrado manejar con éxito esta dificultad gracias a su buen nivel del idioma.

Una dificultad inesperada que ellos han enfrentado, es la actitud hostil de algunos de los dueños de negocios que se encuentran adyacentes al restaurante, quienes abiertamente les han manifestado su rechazo y se molestan por el manejo del espacio para colocar las mesas y la música. Al respecto Silvia manifestó: “Gastas muchas energías en el jueguito de quien es más fuerte que el otro… aquí al que tiene plata lo respetan más y nosotros estamos comenzando…”

En Colombia y Venezuela, los familiares de los tres jóvenes les han dado su aprobación y apoyo, pero por la gran distancia que los separa, la sensación de soledad frente al reto de iniciar el negocio ha estado presente.

Para aquellos que quieran venir a vivir a Israel, Silvia y Andrés recomiendan que en lo posible no vengan solos,  traigan bastante dinero ahorrado y se contacten con familiares o amigos que les hablen de su experiencia de vivir en Israel.

(Lea también: Un médico latinoamericano en Israel relató sus experiencias y desafíos para ejercer en el país)

Con mucha confianza en la originalidad y sabor de sus comidas, Silvia, Andrés y Anat esperan que en el trascurso de un año el restaurante logre posicionarse bien en el mercado Mahane Yehuda con el encanto de sus salsas y recetas con el toque latino.

Pepito’s está ubicado en la calle Ha-Egoz 11 del mercado Mahane Yehuda en Jerusalén, abierto de domingo a viernes.

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1 comentario en “La aventura de comenzar un negocio en Israel. Una pareja de jóvenes latinos habló de su experiencia”

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