Los Samaritanos: La historia del pueblo que nunca se fue


Samaritanos en el monte Gerizim-Naplusa Cisjordania

Después de algunos años viviendo en Israel, me pregunté cual sería la comunidad o familia más antigua de este país; es decir aquella que ha permanecido por más tiempo en él o si existía algún grupo familiar cuyos antepasados siempre residieron en Israel y nunca  fueron exiliados o deportados luego de las innumerables guerras e invasiones que han sucedido a lo largo de su historia.

Le comenté mi inquietud a una amiga que por fortuna conocía a alguien perteneciente  a una comunidad muy antigua,  la cual ha permanecido  en Israel desde la época del segundo templo. Los miembros de esta comunidad son conocidos como los Shomronim.  Al principio ese nombre se me hizo muy extraño y nada familiar, pero cuando supe que su traducción al español es “samaritanos”, me sorprendió saber que en la actualidad  aún existen.

Los samaritanos y judíos tienen las mismas raíces étnicas e históricas.  Según la historia judía, en la época en que los asirios conquistaron el reino del norte de Israel, una parte del pueblo fue llevado al exilio,  mientras el pueblo remanente que permaneció en samaria tomó las costumbres de los asirios.  La parte del pueblo que regresó del exilio para construir el segundo templo, rechazó a aquellos que se quedaron y desde ese momento se dio la separación entre judíos y samaritanos.

Pero según las crónicas samaritanas la historia es diferente y la separación se remonta a un período muy anterior a la construcción del segundo templo cuando, según los samaritanos, Elí de la estirpe de Itamar, quiso tomar el gran sacerdocio que le correspondía a Uzzi de la estirpe de Eleazar, quien fue escogido por D-os mismo de entre los cuatro hijos de Aarón para heredar el gran sacerdocio de su padre.  Por lo tanto,  Eli construyó  en Silo, hoy Jerusalén, su propio templo mientras el verdadero permaneció en el monte Gerizim lugar escogido por Dios a través de Moisés como tabernáculo santo. Según los samaritanos ellos son descendientes de la tribu de Efraín, Manases y de los levitas y formaron el reinado del norte o Israel.  El reino del sur o de Judá tenía entonces su lugar sagrado en Jerusalén.

Antiguo rollo de la Torá, según los Samaritanos tiene aproximadamente 3600 años y se encuentra en la sinagoga del monte Gerizim.

En la actualidad parte de los samaritanos vive en Naplusa, una localidad de Cisjordania  donde se encuentra el monte Gerizim, lugar más sagrado para la comunidad; la otra parte de la población samaritana está concentrada en la localidad de Jolón junto a Tel Aviv. El gobierno del segundo presidente de Israel, Isaac Ben Zvi, quien fue un gran amigo y conocedor de la comunidad samaritana, les otorgó los terrenos de lo que hoy se conoce como Neve Pinjas en Jolón.

Luego de investigar sobre esta comunidad, me contacté con Yaron Tsedaka, un samaritano que me invitó cordialmente a su casa para conversar.

Cuando llegué al sector de Neve Pinjas en Jolón, ocurrió algo que nunca antes me había sucedido en los barrios de  Israel que he  visitado.  Luego de bajar una escalera que me condujo a un parque infantil,  me topé con un hombre que jugaba con un niño.  Mirándome de manera sospechosa me preguntó: “¿A quién está buscando?”. Le respondí: “a Yaron Tsedaka”. De inmediato aquel hombre tomó su celular e hizo una llamada: “Hola, aquí hay alguien que busca a un Yaron de apellido Tsedaka, o sea a ti…si…si…amigable…bien.” Luego de la conversación, me indicó como llegar a la casa de Yaron.

Por ser una comunidad tan antigua y pequeña (donde todos se conocen y se respaldan en situaciones cotidianas como la que acabo de comentar), quise conversar con tres de sus miembros que representan a generaciones distintas de samaritanos. Así podría conocer no sólo más de su historia; también podría indagar qué tan fuertes son sus convicciones y creencias y cómo estas han determinado su visión de la vida y la forma de enfrentarse a está.

Hablando sobre las diferencias entre la Torá según la versión judía y la samaritana, Yaron de 40 años,  me comentó: “En el periodo de 200 años en que el pueblo de Israel vivió en Babilonia, la escritura hebrea antigua fue cambiada por la escritura actual y comenzaron a hacer uso de otro calendario… aquellos judíos que vivieron en la deportación, dejaron de escribir en el hebreo antiguo y entonces la Torá fue escrita nuevamente con los  símbolos actuales. Esdras y Nehemías fueron quienes escribieron de nuevo la Torá. Los samaritanos afirmamos que en esa etapa de la historia ellos cambiaron textos en su versión con el fin de dejar a Jerusalén como el lugar escogido en remplazo del monte Gerizim…además,  los descubrimientos arqueológicos en el monte Gerizim, que han revelado escritos anteriores al período de la deportación, son evidencia de que la Torá de los samaritanos es la original.

Fragmento de la Tora de los samaritanos, escrita a mano en hebreo antiguo

En el transcurso de la historia muchas han sido las razones por las cuales la comunidad samaritana se ha ido reduciendo, a tal punto que a principios del siglo 20 estuvieron al borde de la extinción y solo había entre 100 y 150 samaritanos.

El tío de Yaron, Abraham Tsedaka de 76 años, comenta sobre el tema: “Los samaritanos nunca salimos de esta tierra. Hace 1500 años nuestra población era de aproximadamente 1’250.000 samaritanos, hoy en día no llegan a los 800, esto debido a que nos quedamos aquí junto con otros  pueblos que fueron muy crueles como los romanos, bizantinos y musulmanes. Entre todos por poco acaban con nuestra etnia…”

Comentando al respecto, Yaron menciona un dato sorprendente relacionado con los palestinos:

Cuando los musulmanes dominaban,  la condición para vivir fue la conversión al islamismo: o se convertían o morían. Muchos escogieron morir, no tenían como protegerse a sí mismos.  Se dice que gran parte de los palestinos fueron samaritanos en el pasado. De hecho conocemos muchos árabes musulmanes en Naplusa que alguna vez fueron samaritanos; son familias que no quieren regresar a sus orígenes…

La familia de Abraham fue de las primeras que en 1930 se fueron de Naplusa para vivir en Yafo – Tel Aviv. Allí el padre de Abraham conoció y tuvo una gran amistad con Isaac Ben Zvi, quien años después, ayudó y defendió fuertemente a la comunidad samaritana.

Después de la guerra de independencia en 1948, los samaritanos enfrentaron muchas dificultades.  Abraham recuerda: “Las familias que quedaron lo hicieron como refugiadas, nosotros nos quedamos en un edificio de la alcaldía y con cajas de madera, de esas donde venían las frutas y las verduras, armamos algo así como paredes debajo de las escaleras del edificio y construimos un cuarto.  Fue una época muy difícil hasta que el alcalde de Tel Aviv nos asignó en un pequeño barrio para todos los refugiados que hoy en día existe, se llama Givat Rambam. En 1955 el presidente Isaac Ben Zvi, los líderes de nuestra comunidad y el alcalde de Jolón acordaron la asignación del huerto de Neve Pinjas que se convirtió en nuestro vecindario desde 1955 hasta el día de hoy.

Al preguntarle a Yaron si el hecho de ser la comunidad más antigua de Israel  les ha dado razones para mantenerse unidos ante las dificultades y firmes ante la sociedad moderna, no hubo dudas en su respuesta: “Como somos tan pocos, tenemos esa sensación de responsabilidad de conservar lo que hasta hoy en día existe. Nosotros nos diferenciamos de las tres religiones más grandes del mundo (cristianismo, islamismo y judaísmo)…en que mientras éstas consideran a Jerusalén como la ciudad santa  para nosotros es el monte Gerizim. Siento que los samaritanos tienen ese deseo de demostrar que nosotros tenemos la razón, a pesar de ser tan pocos y estar rodeados  de muchos que tienen otras creencias. Mi padre, Israel Tsedaka, fue un hombre con una gran educación universitaria.  En lo concerniente a la religión, él fue uno de los líderes de nuestra etnia. Él escribió para la comunidad muchos libros sobre la Torá , así como  libros de oraciones y dictó conferencias en muchos lugares del mundo acerca de los samaritanos.  Mi padre tenía ese gran impulso de demostrar que nosotros tenemos la razón e incluso tuvo conversaciones del tema con Ben Gurión y con el gran Rabino de Israel de hace unos años.  En uno de sus escritos, mi padre recuerda las palabras de Ben Gurión cuando le dijo: “Aunque ustedes tuvieran la razón, de todas maneras fue la historia la que determinó a Jerusalén como el centro de la nación.”

En la actualidad, los samaritanos continúan luchando contra la extinción y aunque su población se ha incrementado considerablemente en los últimos años, los problemas a los que se enfrentan y que amenazan su identidad son más de carácter social, como las dificultades para conseguir pareja dentro de la etnia o la deserción de ésta; temas que serán tratados en las próximas entradas.

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4 comentarios en “Los Samaritanos: La historia del pueblo que nunca se fue”

  1. Raul febrero cabrejos

    Excelente Historia y verdad…!!Dios los siga bendiciendo y protegiendo!!

    hno. raul

  2. Muy buena la nota, sería bueno que profundizaran con las costumbres, que diferencias, hay, etc,etc gracias

  3. Muy buen, reportaje, quisiera saber más del pueblo Samaritano, moderno o actual, leer algún testimonio, directo de algún Samaritano, concerniente a su historia a su día a día, si significa algo para ellos lo escrito en el nuevo testamento: Juan Cap 4:1-42.
    Gracias
    ATTE.
    Hareton Luey

  4. Melissa Accilio

    Muy buena enseñanza histórica pero si todos creyéramos en el sacrificio de Cristo , no habrían judíos ni griegos ni gentiles por en Cristo Jesús seríamos un solo cuerpo y recordando siempre que la salvación es personal y no por una denominación religiosa, ni por obras sino haciendo la voluntad de Dios, amando a Dios Jehová con todo tu corazón, con toda tus fuerzas, con toda tu alma y amar a tu prójimo como a ti mismo. Amén

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