El pasado 27 de enero se conmemoraron los 65 años de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau en Polonia. Para documentar este hecho algunos programas y noticieros en Israel y a nivel mundial revivieron las imágenes y testimonios de los sobrevivientes de aquel exterminio masivo que la humanidad no «debe» olvidar.
Este es una hecho histórico que la humanidad “puede” olvidar, porque a pesar de todos los testimonios y evidencias del holocausto muchos han querido desestimarlo ignorando de paso la enorme capacidad que tiene el ser humano de autodestruirse o de hacer daño a sus congéneres.
Con esta conmemoración, yo recordé mi primera visita al museo del holocausto Yad Vashem en Jerusalén. Aquel día, al terminar el recorrido por el museo, salí con el alma muy entristecida y al borde de las lágrimas, sensación que es casi inevitable para la mayoría de los visitantes ante el impacto de las historias y evidencia material como parte de los vagones que llevaban a los prisioneros hasta los campos de concentración.
Son muchos los detalles que describen como el ser judío fue un motivo de desgracia para millones de personas en Europa durante la segunda guerra mundial y como sus vidas se fueron desmoronando, convirtiéndose en pesadillas que nunca imaginaron tendrían que vivir.
En el transcurso de la historia de la humanidad han ocurrido grandes masacres como las perpetradas por los conquistadores ingleses con los indígenas de Norteamérica o el caso paralelo en América Latina con la conquista española. Estas son historias que ya nos resultan muy lejanas en el tiempo y a diferencia del holocausto no viven en la actualidad personas que sufrieron los horrores de las conquistas. Podríamos decir que aquellas eran épocas de barbarie en las que existían el feudalismo, la esclavitud y ni se mencionaban los derechos humanos.
En el siglo pasado muchas de estas cosas cambiaron pero el poder destructivo del hombre sigue intacto, hoy viven en nuestro mundo personas que dan testimonio vivo de la barbarie humana, el holocausto nazi tuvo lugar hace tan solo 65 años y, lo que es peor, siguen ocurriendo muchas otras masacres en las que muchos medios no tienen interés alguno.
Después de salir del museo Yad Vashem no pude evitar preguntarme ¿Cuándo sucederá el próximo exterminio masivo?, ¿Contra quienes será ese exterminio?, ¿Es posible que en nuestros días volvamos a ver el surgimiento de otro líder enloquecido por el poder, capaz de convencer a toda una nación para exterminar a otra por motivos fuera de toda lógica o raciocinio humanos?
Los odios generalizados como las xenofobias y los creados por motivos religiosos pueden ser la próxima fuente de un exterminio masivo, que podría no ser contra los judíos sino contra comunidades como la latina en Estados Unidos y Europa o las comunidades africanas que son consideradas casi que una plaga para el primer mundo según muchos grupos que abiertamente así lo consideran.