Buscando pareja en Israel

Cada año llegan a Israel nuevos inmigrantes con múltiples objetivos, uno de ellos es buscar pareja y establecer una familia con alguien que comparta las mismas creencias  y tradiciones propias del judaísmo.  Pero ya que la religión y los aspectos que la rodean  son tan sólo una parte de la complejidad de cada cultura, los latinoamericanos necesitamos años para adaptarnos y comprender la mentalidad de los israelíes y dependiendo del grado de adaptación se puede tener  éxito en la búsqueda de pareja.

Es bastante grande el número de  inmigrantes de todas partes del mundo que estando en Israel deciden formalizar una relación de pareja con otro inmigrante de su mismo país de origen porque encuentran grandes diferencias en la forma como la mayoría de los israelís conciben la vida.

En Israel, como en todas partes del mundo, las parejas se conocen en el trabajo, las universidades o través de amigos y familiares, pero adicionalmente ya que el servicio militar es fundamental en la vida de los israelíes, es justamente en esta etapa de la vida donde muchos encuentran sus parejas para después del ejercito convivir con ellas por algunos años y solo cuando deciden tener hijos formalizan su relación con el matrimonio.

Aquellos que llegan a Israel con la idea de formar una familia, generalmente son adultos que ya sobrepasan la edad para ir al ejército  y es allí donde muchos  rasgos de la personalidad de los israelíes toman su forma.

Para el latinoamericano que acostumbra a ser cálido, amable y sonriente,  los israelíes resultan ser demasiado serios y poco cordiales en el trato.  Esto en los primeros meses o  años puede llegar a ser una diferencia en el comportamiento  que muchos no logran aceptar, por ejemplo el trato entre hombres y mujeres fuera de los círculos religiosos es muy informal e igualitario, y el ingrediente del romance  y  el  coqueteo no es tan marcado o decisivo  como si lo es en la cultura latinoamericana.

Las mujeres latinoamericanas  así como las rusas o ucranianas se distinguen por su feminidad  y porque usan más accesorios y maquillaje en su día a día.  En contraste, las mujeres israelíes son más informales y sencillas tanto en su vestir  como en sus modales y esto en algunos casos las hace menos atractivas para los hombres latinoamericanos.

Para la mujer latina el hombre israelí es sincero en el trato pero  a la vez poco delicado y tierno, sin embargo  éste centra mucho más su atención en la personalidad y manera como la mujer enfrenta la vida y no se interesa demasiado en el aspecto físico.

Hombres, ¡a cambiar pañales!

Antes de vivir en Israel, me preocupaba la idea de que  una cultura machista y patriarcal fuera  predominante en la mentalidad de este país debido a la fuerte influencia de la religión en esta, como en todas las sociedades.  Pero en estos años he encontrado justamente lo contrario y puedo afirmar que el pensamiento machista esta mucho más arraigado en Latinoamérica que en Israel.

En las familias la crianza de los hijos es compartida en todos los aspectos por hombres y mujeres;  si usted es un hombre que busca una pareja israelí debe estar dispuesto a cambiar pañales, preparar biberones o el desayuno de los niños antes de llevarlos al colegio y sacar a pasear a los bebes en coche como lo hace cualquier madre.

Es algo que se percibe a diario, en verano por ejemplo se ven con frecuencia padres que sin compañía de las madres  pasean  a sus bebés después de trabajar.  En los supermercados también se ven muchos jóvenes padres haciendo compras de la mano de sus hijos.  La imagen de la mujer como sexo débil es poco popular en la cultura israelí.

Tanto hombres como mujeres israelíes son muy exigentes en cuanto a sus planes de vida, son poco conformistas y por lo general trabajan muy duro para  conseguir lo que quieren.  En cuanto a trabajo duro, me refiero a que se concentran bastante en sus objetivos y no reparan en dejar de lado ciertas diversiones a la hora de estudiar y competir para obtener un mejor empleo.  Para algunos,  este pensamiento demasiado competitivo y exigente constituye  una barrera que se interpone en la búsqueda de pareja y opaca los aspectos  sentimentales  al que están acostumbrados muchos latinos

Las comunidades religiosas ortodoxas y ultra ortodoxas tienen una visión de la familia que es totalmente diferente.  Hombres y mujeres se casan muy jóvenes y no dan espera para comenzar a tener hijos.  En muchas comunidades los rabinos influyen directamente en la búsqueda de la pareja y la mujer que no debe trabajar es la que se ocupa del cuidado de los hijos tiempo completo mientras los hombres trabajan o se dedican exclusivamente al estudio de la Torah.

Las familias o parejas seculares y religiosas son dos mundos totalmente aparte pero sea cual sea su inclinación, el nuevo inmigrante debe reconocer que  realmente su percepción de la vida es diferente y examinar si esas diferencias le permitirán formar una familia estable y emocionalmente sana.