La historia de vida de Javo Rocha en Israel comenzó con las dificultades que la pandemia trajo a la vida de muchas personas en todo el mundo.
Luego de construir una firme reputación en el mundo del teatro en Argentina y ser un reconocido maestro de teatro, Javo Rocha tuvo que enfrentar una dura crisis cuando las clases y actividades teatrales fueron suspendidas por causa de la pandemia.
El deterioro de la calidad de vida en Argentina provocado por el COVID -19 hizo que Javo tomara la decisión radical de irse de su país en el año 2020. Antes de embarcarse en la aventura de la Aliá, Javo pidió el consejo de uno de sus hermanos, quien vive en Israel desde hace ya varios años.
El hermano de Javo siendo enfático le dijo: “Yo te conozco … no abras cursos de teatro por un año, te tienes que dedicar al ulpán, a practicar el hebreo y buscar un trabajo”. Seis meses antes de su viaje, Javo comenzó a estudiar hebreo tomando un curso básico en línea.
Buscando más información del mundo del teatro israelí, Javo contactó a un actor uruguayo residente hace algunos años en Israel, quien a pesar de sus convicciones religiosas y sionistas no dudó en decirle: “No vengas a Israel, si eres actor no vengas, no vas a actuar nunca … como profesor de teatro en español solamente vas a darle clases a gente de 80 años”.
Esta contundente opinión no detuvo a Javo, quien seguro de su talento y capacidades, dejó su país natal para arribar a Israel en marzo de 2021 y comenzar una nueva vida.
La fuerte confianza hace a un lado los consejos
Las clases de hebreo que tomó Javo antes de llegar a Israel le sirvieron muy poco. “Yo creo que esos cursos lo que hacen, si nunca estudiaste hebreo, es amortiguar el impacto… cuando llegué no hablaba hebreo”, comentó Javo, recordando que tan sólo podía entender unas cuantas palabras al llegar.
Después de cuatro meses de su llegada a Israel, el artista argentino comenzó a estudiar hebreo en el ulpán Gordon de Tel Aviv, donde la mayoría de los estudiantes eran rusos con un nivel de hebreo más avanzado que el de Javo. Las circunstancias hicieron que el argentino se sintiera fuera de lugar y se desanimara rápidamente. Aunque luego se inscribió en una clase menos avanzada, Javo comenzó a enfrentarse con las dificultades de aprender la nueva lengua.
Dejando de lado el consejo de su hermano, Javo concentró todos sus esfuerzos en organizar cursos de teatro para la comunidad hispanohablante en varias ciudades de Israel. Con insistencia buscó el apoyo de las alcaldías, embajadas de países latinoamericanos y diferentes organizaciones.
Pero no todos le abrieron sus puertas al artista argentino. A pesar de ofrecer sus cursos en once ciudades israelíes, la respuesta del pequeño público latinoamericano fue poco entusiasta y el único curso que se mantuvo abierto fue el de Tel Aviv, dictado en el Embajada de Panamá. Además, a través del Ministerio de Absorción, Javo recibió ayuda para ofrecer cursos de teatro por internet.
Entre los muchos consejos y opiniones que el artista ha escuchado en Israel, una persona conocedora del mercado laboral le aconsejó que se olvidara del teatro por tres años. Javo quedó impactado ya que, para él, en sus propias palabras, “primero teatro, luego existo”; su vida no tiene sentido fuera del teatro.
Para darse a conocer en Israel, Javo tomó la iniciativa de contactarse a diferentes medios de comunicación para difundir su historia. Esta idea le dio la oportunidad al artista argentino de conocer al actor israelí Doron Tzafrir, quien a su vez lo presentó con otras personalidades del teatro en Israel.
Sin embargo, este intento sólo dejó muchas palabras y promesas vacías. Para solucionar su falta del idioma, Javo planteó la posibilidad de dictar sus clases con la ayuda de un traductor, pero la idea no fue bien recibida. No hablar hebreo limitó sustancialmente sus posibilidades.
El lado positivo en medio de las dificultades
La vida de Javo en Israel no ha sido nada fácil. Como muchos nuevos inmigrantes, él no ha tenido más alternativa que trabajar en oficios varios totalmente desconectados de su profesión artística.
Pero el lado positivo de la travesía de Javo en Israel está en su inquebrantable deseo de triunfar como artista y su fuerte autoestima.
Convencido de su experiencia y de la riqueza de su conocimiento en el campo teatral, Javo buscó la ayuda del Ministerio de Absorción donde reconocieron sus logros e importancia, dándole la distinción de “Ole Destacado”.
El reconocimiento de una organización gubernamental es un aspecto positivo, pero buscar la aceptación de la sociedad israelí en un determinado campo profesional es un reto bastante grande.
Entre las experiencias positivas de Javo en Israel está su participación como actor en una película para Netflix con la producción conjunta entre Brasil e Israel. Aunque su papel fue pequeño, el artista argentino tuvo la oportunidad de visitar muchos lugares de Israel con el equipo de producción, mientras trabajaba en lo que verdaderamente le apasiona.
La firme determinación de Javo hizo que perseverara en la búsqueda de apoyo de las embajadas latinoamericanas para que patrocinaran sus proyectos teatrales. Y sus esfuerzos dieron frutos.
La Embajada de Panamá en Israel fue la primera en reconocer el talento de Javo, dándole su apoyo para dirigir una muestra de teatro de autores panameños. La muestra fue presentada al público de habla hispana en varias ciudades israelíes.
En julio de 2023 la Embajada de Argentina también abrió sus puertas a Javo para dirigir dos obras de autores argentinos, con la participación de seis actores. La lista de organizaciones y embajadas latinoamericanas que quieren brindar su apoyo al artista argentino siguió creciendo.
De los errores se aprende
Reflexionando sobre las decisiones tomadas, Javo reconoció que seguiría el consejo de su hermano, si tuviera la oportunidad de ir al pasado. “Me dedicaría de lleno al hebreo el primer año…yo no practicaba fuera del ulpán, sin darme cuenta todos avanzaron y me quedé atrás…”.
Pero los errores cometidos y las dificultades no debilitaron la fortaleza psicológica y determinación de Javo. Aunque la comunidad hispanohablante en Israel es muy pequeña, el artista quiso convertirse en un embajador del teatro latinoamericano en Israel.
El artista siguió su lucha por permanecer en Israel y constantemente creaba nuevas propuestas, como el proyecto cultural que presentó en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Con esta iniciativa buscaba combatir el antisemitismo a través de obras teatrales.
La guerra contra Hamás y su efecto en la vida de Javo
Debido a la guerra contra Hamás, las obras teatrales dirigidas por Javo con el apoyo de la Embajada de Argentina fueron canceladas, el estreno no se llevó a cabo por la difícil situación por la que atraviesa Israel.
Todos los planes de Javo con el apoyo de varias embajadas se vinieron abajo, la guerra causó una gran incertidumbre en la vida del artista, ya que no tenía ninguna certeza de cuándo podría presentar sus obras y abrir nuevamente sus cursos.
Enfrentándose sólo con la crisis de la guerra y sin trabajo, Javo tuvo el gran dilema de quedarse en Israel o irse, pero finalmente tomó la difícil decisión de regresar a Argentina a finales de octubre.
Para el artista, la lección de vida más grande que le dio Israel fue aprender a salir de su zona de comodidad y asumir formas diferentes de ganarse la vida aparte del teatro.
Desde Buenos Aires Javo comentó: “Creo que Israel te enseña a ser mucho más fuerte… luché mucho por crear mi propio lugar y justo cuando estaba a punto de lograrlo a un mes del estreno de las dos obras de la Embajada Argentina y la gira de la obra panameña…vino la guerra y tomé esta decisión”.
Javo quisiera regresar a Israel, pero con la certeza de que puede vivir de su profesión, realizando su sueño de hacer teatro con el apoyo constante de la comunidad latinoamericana.