Una de tantas muestras de la diversidad cultural de la ciudad.
Algunos meses atrás tuve una conversación con un conocido acerca del trato y las relaciones interpersonales que hay en ciertos ambientes de trabajo. Según él, en una cadena de tiendas o un negocio que ofrece algún tipo de servicios, el trato entre empleados es y debe ser más amable y cordial que en empresas que se dedican solo a la producción, ya que para vender es necesario proyectar también una imagen de cordialidad que a su vez se refleja en el trato entre empleados. A nivel de producción, el trato esclavista que reciben los trabajadores genera a la vez una tensión permanente y un trato poco amigable entre ellos.
Tal vez, este punto de vista sea cierto en teoría, sin embargo en la práctica y desde mi día a día en este país he notado que los israelíes son poco dados a maquillar su carácter de acuerdo con las exigencias del mercado. Como es de esperarse, hay de todo tipo de personas en todas partes, pero la calidez sincera o el trato empalagoso o zalamero son generalmente fáciles de percibir porque la mirada y ciertas actitudes de las personas también hablan por ellas.
Es poco probable que el trato informal y abierto que he percibido en los mercados de Israel sea parte consciente o inconsciente de una técnica de mercadeo, más bien es reflejo de una actitud cultural auténtica, hecho que una vez más pude notar en el mercado Talpiot ubicado en el centro de Haifa.
Son unas cuantas calles con muchas carpas y viejos edificios construidos desde 1940 en cuyos sótanos o plantas bajas hay un enjambre de vendedores que ofrecen todo tipo de alimentos así como ropa, artículos importados y muchas curiosidades.
Como lo he mencionado en otros artículos aunque no tengan una sonrisa permanente en sus rostros, estando en este mercado de Haifa nuevamente he percibido la buena voluntad, honestidad y alta capacidad de trabajo de las personas sencillas de este país. La diversidad cultural es evidente en los mercados de Israel. Hay por igual judíos israelíes, árabes israelíes o rusos ofreciendo sus productos.
En el mercado Talpiot los árabes son quienes por lo general venden las mejores aceitunas, las hay de todos los tamaños y tipos. La primera vez que nos acercamos a comprar aceitunas, los vendedores le hablaron a mi esposo en árabe, pero luego de una corta conversación en hebreo nos permitieron con gran cordialidad tomar una foto de su local.
Los judíos religiosos ofrecen huevos de excelente calidad y variedad así como también frutas y verduras afuera y dentro de algunos edificios donde no hay venta de carne de cerdo o marisco.
De otro lado, en algunas tiendas especializadas en productos importados de la ex Unión Soviética, hemos sido recibidos por vendedores que ofrecen efusivamente sus ofertas en ruso asumiendo que casi todos sus clientes hablan este idioma, debido a la extensa población en Haifa de personas provenientes de Rusia y sus alrededores. En estas tiendas por lo general hay productos que no se encuentra en los almacenes de propietarios judíos como carne de cerdo, carnes rojas embutidas, mariscos y una gran variedad de licores y alimentos conservados de aspecto exótico.
En una de las tiendas dedicadas a la venta de mariscos y pescados, tanto rusos como árabes comparten el trabajo. Hay venta de langostino, camarón, cangrejos y pescados de todos los tamaños. Nos acercamos para conversar un poco, comenzamos hablando en inglés y continuamos luego en hebreo. Les preguntamos si los proveedores del negocio pescaban en las costas de Haifa, a lo que respondieron para sorpresa nuestra que los pescadores deben viajar aproximadamente tres días mar adentro para realizar la pesca en aguas internacionales, porque en las costas de la zona prácticamente no hay peces. Este es un problema que afronta Israel desde la llegada masiva de medusas a las costas del país a través de las aguas de lastre provenientes de barcos y buques de carga.
Las siguientes fotos fueron tomadas al terminar nuestra charla con los vendedores, los cuales posaron para la cámara con enorme simpatía.
En Talpiot, así como en la gran mayoría de mercados en Israel, hay una gran oferta de frutos secos, los cuales llenan de color los edificios y tiendas junto con frutas como las fresas y sandías que se encuentran de tamaño extra grande.
En la siguiente fotografía se puede apreciar la gran variedad de frutos secos que se ofrecen en los mercados de Israel. Así mismo, la cultura y estilo de vida en este país tienen muchos colores y formas que están juntas pero no mezcladas.
Sorpresa de bienvenida cuando he abierto mi lap y he encontrado un artículo tuyo, hacía mucho tiempo que te guardabas en silencio. ¡Feliz retorno! Tengo por ahí unas imágenes con sabores de mercados medievales que visité en el sueño del que acabo de regresar, ya los compartiré en su momento. Leyéndote confirmo la idea que siempre he tenido del delicioso mundo en que vivimos: es enorme, complejo y diferente pero en el fondo, todo es tan parecido y simple. Shalom!