Como en muchos países del mundo, Israel está padeciendo también las consecuencias del capitalismo extremo. Por más de dos semanas los israelíes han salido a las calles a protestar masivamente por el altísimo costo de vida, especialmente por los asombrosos precios de las rentas en Tel Aviv y sus alrededores y por lo difícil que es para las familias jóvenes cubrir los gastos de la crianza de los hijos.
Todo comenzó cuando un grupo no pequeño de personas, en su mayoría estudiantes y parejas jóvenes, decidieron manifestarse acampando con sus tiendas a largo de la avenida o bulevar Rothschild en Tel Aviv. Con pancartas y letreros manifiestan su inconformidad y preocupación por la escasez de vivienda accesible para los estudiantes y familias jóvenes o de clase media. En el transcurso de estas semanas miles de personas se han unido a esta manifestación a lo largo de todo el país y no sólo lo han hecho con las tiendas de campaña. Muchas familias han salido a marchar por las calles con los coches de sus hijos para protestar contra los elevados costos de los productos para bebé, los jardines infantiles y educación.
Pero eso no es todo, el sector salud también está en crisis. Los médicos también han salido en esta semana a protestar en las calles pidiendo al gobierno mejores condiciones salariales, hospitalarias y la contratación de más personal.
Debido a la conmoción social actual de Israel surge una pregunta inevitable: Si la crisis económica que golpea a muchos países de Europa y Estados Unidos no se ha manifestado significativamente en el medio oriente y la economía de Israel se había mantenido sólida, ¿Porqué en los últimos cinco años se ha deteriorado de forma tan notoria la calidad de vida del israelí promedio?
Una de las razones que tiene indignados a la mayoría de los israelíes y que es un fenómeno muy evidente en los países suramericanos, es la concentración de enormes capitales en sólo unos cuantos magnates del país.
Grandes cantidades de dinero e incluso terrenos estatales han caído en las manos de unos cuantos particulares y las consecuencias no se han hecho esperar. Según el periódico “Israel Hoy”, en su edición del fin de semana, en la actualidad hay cerca de 24 mil millones de shkalim, más de 7 mil millones de dólares, que pertenecen a las arcas públicas y están en manos de unos pocos magnates de diversos sectores, entre ellos el inmobiliario y las telecomunicaciones.
Estos “empresarios” toman en préstamo millonarias sumas de dinero de los fondos que administran los ahorros y pensiones de los israelíes, para luego retrasar los pagos o de alguna astuta manera justificar el no pago de las deudas.
Otro problema que ha surgido en los últimos años en ciudades como Tel Aviv y Jerusalén es el de la concesión de terrenos para la construcción de vivienda con precios que sobrepasan por mucho el millón de dólares y que solo extranjeros europeos o norteamericanos pueden comprar, es decir, el gobierno ha permitido el surgimiento de vivienda inalcanzable para los israelíes y que permanece desocupada la mayor parte del año ya que sus propietarios residen en el exterior.
Tampoco se ha incentivado la construcción de vivienda accesible para la mayoría de los estudiantes que no pueden vivir en los dormitorios de las universidades para los cuales también hubo un gran aumento en los precios de las rentas.
Los economistas israelíes les dan la razón a los manifestantes y también señalan como parte del problema la centralización del trabajo en Tel Aviv y sus alrededores así como la falta de transporte público rápido, económico y de mayor cobertura.
Además, los expertos afirman que el estado debe subsidiar los precios de la vivienda, dar incentivos tributarios a aquellos que ofrezcan sus viviendas en arriendo e impulsar la construcción en la dirección sur de Tel Aviv.
Algunas comparaciones
Hace cinco años el costo promedio de la renta de una vivienda de tres ambientes en Tel Aviv era de 4000 shekel por mes, en la actualidad es de 6500 shekel. El arriendo de un apartamento de cuatro ambientes hace cinco años estaba en un promedio de 5000 shekel, hoy en día es de 8000 shekel.
En Herzliya, ciudad que se encuentra a pocos minutos de Tel Aviv, la renta de una vivienda de tres ambientes estaba alrededor de los 2700 shekel hace cinco años, el promedio actual es de 4000 shekel al mes.
En la actualidad son necesarios 130 salarios mínimos (3700 shekel aproximadamente), para poder adquirir una vivienda promedio en Israel. Si de un salario mínimo se destinaran 1500 shekel mensuales para el pago de una vivienda, después de aproximadamente 27 años se terminaría de pagar. Claro está con derecho sólo a consumir lo estrictamente necesario y sin la posibilidad de tener un hijo.
Fuente de consulta: http://www.themarker.com/realestate/1.670248