Quienes nunca han estado en Israel o saben poco acerca de su realidad desconocen por completo que en este país, caracterizado por su gran diversidad étnica y cultural, se encuentra una gran comunidad judía de origen africano, los etíopes en Israel, quienes luchan por conservar su identidad mientras buscan integrarse al país superando numerosos retos.
El origen histórico de los judíos etíopes, comunidad denominada Beta Israel (La casa de Israel), no se conoce con exactitud. En la actualidad no hay un consenso entre los académicos con respeto al surgimiento de la comunidad judía en Etiopía. Entre las teorías más populares está la basada en la historia bíblica donde se narra la visita que la reina de Saba (quien al parecer reinaba en Egipto y Etiopía) hizo al rey Salomón asombrada por las historias de la inmensa sabiduría del rey de Israel.
De acuerdo con la tradición de los Beta Israel, la reina de Saba y Salomón tuvieron un hijo al que llamaron Menelik del cual descienden los judíos etíopes. Otra de las teorías asegura que ellos hacen parte de la tribu de Dan, una de los tribus perdidas de Israel.
Muchos de los judíos etíopes fueron obligados a convertirse al cristianismo, a ellos se les conoce como falashmuras. Algunos retomaron las creencias de sus ancestros judíos y gran parte de ellos son quienes emigraron a Israel.
La llegada masiva de los judíos etíopes a Israel comenzó luego de que el rabino sefaradí Ovadia Yosef declarara en 1973 que los Beta Israel son descendientes de la tribu de Dan, razón por la cual tienen derecho a hacer aliá o emigrar a Israel acogidos por la Ley del Retorno.
A través de las operaciones Moisés, Josué y Salomón llevadas a cabo por el gobierno israelí entre 1984 y 1991, llegaron a Israel más de 16 000 etíopes y en la actualidad son más de 133 000 entre los nacidos en el país y los inmigrantes llegados en los últimos años. A finales del 2015 el gobierno de Israel aprobó lo que será la última inmigración masiva de etíopes que agregará otros 9000 miembros a la comunidad en el país.
El idioma de los etíopes, el amárico, es una lengua semita al igual que el hebreo, sin embargo son lenguajes muy diferentes. Así como para los inmigrantes de habla hispana o inglesa, para los etíopes, especialmente quienes llegan a Israel en edad adulta, es difícil enfrentar el duro reto de aprender el hebreo y sobrepasar las grandes diferencias culturas y de mentalidad que los separan de los israelíes. Por ejemplo, tradicionalmente las mujeres en Etiopía están bajo la autoridad de sus esposos y son dependientes económicamente.
En Israel, la comunidad etíope ha tenido que adaptarse poco a poco a la activa posición de las mujeres en la sociedad y al hecho de que ellas toman sus propias decisiones, van al ejército y se educan al igual que los hombres. Son muchos los etíopes que aun estando en Israel continúan vistiendo sus túnicas típicas en especial las mujeres.
El carácter dulce y amable de los etíopes contrasta con la personalidad fuerte y avasalladora de los israelíes; y aunque muchos no han logrado adaptarse con éxito al país, las nuevas generaciones cada vez acceden más a la educación superior y logran un nivel de vida más próspero.
Experiencia en un restaurante etíope
Visitamos uno de los restaurantes de comida etíope que se encuentran en pleno centro turístico de Jerusalén. Ubicado en la calle Mashiyah Barukhof sobresalen los tres colores verde, amarillo y rojo de la bandera de Etiopía a la entrada del lugar.
Como la mayoría de restaurantes típicos de la capital de Israel, el Restaurante etíope, sencillamente llamado por sus propietarios, es un lugar modesto sin mucha decoración y lujos. Algunas pinturas en la pared, cuadros y la música de fondo traen al ambiente del lugar la cultura etíope.
Kalayu quien desde hace siete años y medio vive en Israel y es propietario del restaurante desde hace dos, nos explicó que un sólo plato de las comidas típicas que se sirven en el lugar es suficiente para dos personas; sin embargo, para probar la variedad ordenamos dos plato, uno vegetariano y otro con carne.
Llegaron a nuestra mesa dos grandes bandejas cada una con una enorme tortilla esponjosa o pan aplanado y redondo. Cuando le preguntamos a Kalayu qué era ese pan grande sobre el cual se colocan las ensaladas, carnes y variados estofados o guisos, él mencionó: “Esta es nuestra pita”, comparándola con el pan árabe del Medio Oriente. Su nombre es Injera y es elaborada con harina fermentada de un cereal de Etiopía conocido como tef.
La deliciosa carne y estofados son hechos con varios tipos de vegetales, granos y especias como comino, curry y nuez moscada. Sin hacer uso de cubiertos, los guisos y ensaladas se comen tomándolos con trozos de Injera, la cual se utiliza como una servilleta comestible de sabor muy ligero que no interfiere con la buena sazón de las comidas.
Con la espontaneidad, nobleza y sencillez típicas de su gente, Kalayu abiertamente nos habló de su vida en Israel donde formó una familia junto a su esposa a quien conoció en el país, ella es la encargada de preparar los platos típicos del restaurante. Orgullosamente Kalayu nos comentó acerca de la amplia aceptación de la comida etíope de su restaurante donde la mayoría de clientes son israelíes.
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Para los paladares acostumbrados a las comidas picantes y exóticas, degustar la comida etíope es una de las numerosas experiencias interesante que se pueden disfrutar en las grandes ciudades de Israel.