A 50 kilómetros de Jerusalén, en el Desierto de Judea, se encuentra Khirbet Qumrán, cuna de los Rollos del mar Muerto. El importante descubrimiento de los rollos en 1947, condujo a una serie de excavaciones arqueológicas en las que se halló una aldea de aproximadamente 2000 años.
Entre 1951 y 1956 el sacerdote francés, Roland de Vaux, lideró el extenso trabajo de arqueología que permitió revelar cómo era la vida de los sectarios judíos quienes escribieron y ocultaron los Rollos de mar Muerto.
Este fascinante lugar pertenece hoy día al Parque Nacional Qumrán, administrado por la Autoridad de Parques y la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Las escarpadas montañas del paisaje en Qumrán le dan una especial belleza a esta zona de terrenos áridos e inclemente calor. Estando en el lugar es inevitable preguntarse que impulsó a los sectarios judíos a llevar un estilo de vida tan austero y difícil, lejos de Jerusalén.
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La vida en comunidad y la obsesión por la pureza
Las once cuevas en las que se descubrieron los Rollos del mar Muerto, rodean la antigua aldea caracterizada por tener numerosos estanques de agua, 16 en total. Los arqueólogos identificaron la mayoría de los estanques como baños rituales judíos o miqvaot. Entre los rollos encontrados con textos acerca de las normas de convivencia que debían acatar los miembros de la comunidad, se destaca una clara obsesión por la purificación del cuerpo.
La presencia de los estanques es un fuerte indicio de que la comunidad que habitó en Qumrán, al parecer un grupo perteneciente a los esenios, fue la autora de los rollos.
La sala más grande hallada en las excavaciones se cree fue el lugar donde los sectarios se congregaban para comer juntos. Esta hipótesis está apoyada por el hallazgo de otro cuarto adyacente, que se cree era la cocina del lugar por los cerca de 1000 platos de arcilla encontrados en él.
Un sistema para conducir y almacenar agua también fue hallado en las excavaciones. Los sectarios canalizaron las aguas lluvias para almacenarlas en varias cisternas y llenar los baños rituales.
En uno de los cuartos, Roland de Vaux descubrió restos de mesas y bancos, así como tres tinteros. El sacerdote francés identificó el lugar como la sala de los escribanos. Debido a estos hallazgos, para algunos especialistas es altamente probable que parte de los Rollos del mar Muerto hayan sido escritos en ese cuarto.
Aunque el acceso a las cuevas únicamente está permitido a los arqueólogos y grupos autorizados, es posible recorrer el maravilloso paisaje de una gran parte de las escarpadas montañas de Qumrán y disfrutar de la asombrosa vista del desierto y el Mar Muerto a los lejos.
Más imágenes del impactante paisaje de Qumrán en el siguiente video.