Desde su descubrimiento en 1947 por dos beduinos que pastoreaban sus ovejas, los Rollos del Mar Muerto se convirtieron en uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia reciente ya que constituyen los escritos bíblicos más antiguos encontrados hasta ahora.
Muy cerca de la costa occidental del Mar Muerto en la zona de Qumran, fueron inicialmente hallados siete rollos de manuscritos en el interior de vasijas de arcilla dentro de varias cuevas, pero sólo cuando estos llegaron a las manos del profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Eliezer Lipa Sukenik, se supo del incalculable valor histórico y religioso de los Rollos del Mar Muerto.
Fueron en total 11 cuevas en las que se encontraron dos tipos de manuscritos clasificados como bíblicos y no bíblicos cuya antigüedad está entre el siglo III antes a. C. y el siglo I d. C. alrededor de la época de la destrucción del segundo templo de Jerusalén.
Durante los años 50 fueron también descubiertos cerca de 20000 fragmentos de manuscritos, la mayoría de estos en hebreo antiguo, así como escritos en arameo y griego. Para arqueólogos e investigadores estos fragmentos son todo un rompecabezas con misterios aún por descifrar. El primer paso para lograrlo fue el extraordinario proyecto “Leon Levy Dead Sea Scrolls Digital Library”, desarrollado por la Autoridad de Antigüedades de Israel, en el que miles de fragmentos fueron digitalizados y puestos a disposición del público mundial a través del sitio en internet del proyecto, donde las imágenes en alta resolución permiten observar con detalle los fragmentos de los manuscritos desde cualquier parte del mundo.
Con ayuda de nuevas tecnologías que permitirán un análisis innovador de los manuscritos, será creada una nueva generación de imágenes digitalizadas en un nuevo proyecto con colaboración internacional y un presupuesto de $1.75 millones de dólares.
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Las universidades de Haifa y Tel Aviv en cooperación con la Universidad Göttingen de Alemania, crearán una gran base datos utilizando las más avanzadas técnicas en análisis de imágenes que permitirán crear un espacio virtual, y así lograr que académicos de todo el mundo trabajen simultáneamente para buscar conexión entre los fragmentos y así armar el rompecabezas que conforman, obteniendo además datos históricos con base en la composición y estructura de los fragmentos.
Según Pnina Shor, directora y curadora del proyecto de los Rollos del Mar Muerto, son más de 16000 fragmentos los que se han digitalizado pero aún quedan otros miles por digitalizar. Mientras que el más grande de los rollos tiene 11 metros de largo, los fragmentos más pequeños son tan sólo de un centímetro cuadrado, sin embargo su importancia es enorme ya que hacen parte de textos hasta ahora desconocidos.
En el intento por agrupar los fragmentos y encontrar el texto oculto en ellos, los expertos que hacen parte del proyecto han tenido que realizar esta extenuante labor manualmente, la cual pone en peligro la conservación de los fragmentos; Pero ahora con el nuevo proyecto se buscará unir todas las piezas con mínima manipulación física, a través de técnicas computacionales y la colaboración de muchos expertos.